Los jóvenes proponen varias medidas para mejorar su salida del sistema de protección

España

Más de 300.000 niños están en riesgo de perder el cuidado parental en España y casi 48.000 viven bajo una medida de protección, ya sea de acogimiento residencial o familiar. La mayoría de edad supone el cese de esta medida protectora y hace que estos jóvenes tengan que enfrentarse a un proceso de transición a la vida adulta muy diferente al del resto de sus iguales.

Para tratar de facilitar este proceso y adaptarlo a las necesidades reales de estos jóvenes, Aldeas Infantiles SOS lleva tres años desarrollando el proyecto Preparados para emanciparse, cofinanciado por la Unión Europea y que se ha implementado de forma simultánea en diez países europeos (Croacia, España, Italia, Letonia, Lituania, Austria, Bulgaria, Estonia, Hungría y Rumanía).

En el marco de este proyecto, hoy se ha celebrado una jornada en la que un grupo de jóvenes emancipados ha presentado sus recomendaciones para mejorar la salida del sistema de protección y hacer que el proceso de tránsito a la vida adulta se produzca de forma gradual y exitosa. Estas han sido algunas de sus propuestas:

  • Garantizar que los jóvenes que viven en cuidado alternativo disfruten de los mismos derechos, el mismo acceso a apoyo y los mismos servicios que sus iguales.
  • Asignar a un profesional de referencia a cada joven en cuidado alternativo entre los 16 y los 24 años, a fin de prestarle apoyo durante todo el proceso de tránsito a la vida adulta.
  • Consolidar el derecho de los jóvenes que abandonan el sistema de protección a acceder a los servicios sociales después de cumplir los 18 años.
  • Asegurar y fomentar la participación plena y significativa de los jóvenes que abandonan el cuidado alternativo en las decisiones que afectan a sus vidas.
  • Simplificar los procesos burocráticos y el acceso a los servicios, y mejorar la privacidad y la protección de datos en los procedimientos administrativos, de asesoramiento y jurídicos.
  • Actualizar la formación básica y continua de los profesionales que trabajan con jóvenes en cuidado alternativo para garantizar que puedan adquirir las habilidades adecuadas, facilitándoles el acceso a iniciativas de desarrollo de capacidades y supervisión.
  • Permitir que los jóvenes en tránsito a la vida independiente o emancipados participen en la formación de profesionales para ayudar a garantizar que los sistemas de protección respondan adecuadamente a las distintas realidades.
  • No separar a los hermanos cuando uno de ellos cumpla la mayoría de edad, facilitando y fomentando su relación.
  • Incluir en los reglamentos del Fondo Social Europeo Plus una proporción predecible de financiación para reforzar los sistemas de protección y cuidado de los niños, incluida la garantía de un apoyo adecuado a aquellos que van a salir del sistema de protección.
  • Crear un fondo especial para jóvenes al que se pueda acceder rápidamente, sobre todo cuando se hallen en una situación de crisis económica.

Estuvieron presentes en el acto: Pedro Puig, presidente de Aldeas Infantiles SOS de España; Elena Isabel Ruiz, coordinadora del área de Seguimiento de la Subdirección General de Infancia del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; Paloma Garrido, coordinadora territorial de FEPA; Eva Martín, coordinadora del proyecto Preparados para Emanciparse; y los jóvenes participantes en el proyecto Estefanía Montes, Javier Saiz, Zuleima Nayara Reyes y Alexandra Floare, que fueron los responsables de exponer sus propuestas.

El proyecto Preparados para emanciparse recibió el pasado 6 de diciembre, en Bruselas, el Premio a la Innovación de la Red Europea de Servicios Sociales. Un galardón con el que se reconoce la excelencia en la prestación de servicios sociales en toda Europa y se destacan las buenas prácticas y los enfoques más exitosos.

Formación de los profesionales y participación de los jóvenes

Preparados para emanciparse es un proyecto de tres años de duración cuyo objetivo es garantizar a los niños y jóvenes un sistema de protección infantil en el que los profesionales y los educadores que los acompañan tengan la mejor preparación posible y cuenten con las herramientas necesarias para garantizarles un exitoso proceso de emancipación e integración en la sociedad.

La participación de los jóvenes que han crecido privados del cuidado de sus padres es uno de los ejes centrales del proyecto. Por eso, se han tenido en cuenta las opiniones de estos jóvenes en los diez países en los que se ha desarrollado a través de entrevistas personales. En ellas, los jóvenes han compartido lo que les funcionó durante el proceso de emancipación, lo que debería seguir siendo igual y lo que debería cambiar.

Aldeas Infantiles SOS recuerda que el proceso de dejar atrás el acogimiento es muy importante tanto para los jóvenes como para los profesionales responsables de su cuidado, y debe reflejar la eficacia de la inversión del Estado y la capacidad de los profesionales.

“Sin embargo, lo habitual es que los jóvenes que viven bajo el amparo del sistema de protección tengan que enfrentarse a una transición breve y acelerada a la etapa adulta al cumplir la mayoría de edad, lo que los sitúa en una clara desventaja respecto al resto de jóvenes y contribuye a su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral, convirtiéndolos en uno de los grupos más vulnerables de la sociedad”, ha explicado Pedro Puig, presidente de Aldeas Infantiles SOS. En el último año fueron 4.125 los jóvenes que cumplieron la mayoría de edad y tuvieron que hacer frente a la salida del sistema en nuestro país.

Otro de los pilares fundamentales del proyecto es la formación y capacitación de los profesionales para que aprendan a incorporar en su trabajo diario un enfoque basado en los derechos del niño y puedan preparar mejor a los jóvenes en su camino a la independencia.

Por eso, en el marco de este proyecto, Aldeas ha ofrecido a los profesionales una formación fundamentada en cuatro principios rectores: forjar relaciones duraderas basadas en el cuidado y el respeto entre acogedores y acogidos; lograr una mayor participación de los jóvenes en la toma de decisiones que les afectan; promover y proteger los derechos de los niños y jóvenes; y fortalecer una coordinación intersectorial que garantice la colaboración de todos los agentes implicados en el proceso de emancipación de los jóvenes.

Gracias al proyecto se ha formado a un total de 1.100 profesionales del cuidado. Además, han sido 34 los jóvenes que han colaborado como formadores y 304 los que han participado en sus diferentes fases.