Sus Majestades los Reyes reciben en audiencia a representantes de Aldeas Infantiles SOS
El Rey don Felipe ostenta la Presidencia de Honor de esta organización de atención directa a la infancia desde 1981.
Madrid, 25 de febrero de 2020. Sus Majestades los Reyes han recibido esta mañana en audiencia, en el Palacio de la Zarzuela, a varios representantes de Aldeas Infantiles SOS y a cinco jóvenes que han crecido privados del cuidado parental y que han formado parte de los programas de la organización. El rey don Felipe ostenta la Presidencia de Honor de Aldeas desde 1981.
Pedro Puig, el presidente de la organización en España, ha subrayado ante sus majestades que 2020 será un año crucial para la infancia: Naciones Unidas ha puesto en el punto de mira a los niños y a las niñas que crecen sin el cuidado de sus padres y a aquellos que están en riesgo de perderlo a través de una resolución histórica, aprobada el pasado mes de diciembre, en la que, por primera vez, se reconoce la especial vulnerabilidad de aquellos niños que no pueden vivir con sus padres y se establecen las medidas necesarias para garantizar su protección. En España hay 49.985 niños y niñas en esta situación y más de 300.000 que están en riesgo de estarlo.
“Desde Aldeas Infantiles SOS queremos poner nuestra experiencia en el cuidado a la infancia al servicio del Estado para contribuir a la implementación de esta resolución; una experiencia de más de 70 años que pone de manifiesto que, cuando los niños no pueden crecer con sus padres, un cuidado alternativo de calidad puede ayudarles a redirigir sus vidas y a romper el ciclo intergeneracional de separación y abandono”, ha explicado Pedro Puig.
Algo sobre lo que tienen mucho que decir Javier, Estefanía, Alexandra, David y Eva. Cinco jóvenes que nos demuestran que con cariño y con los recursos adecuados se puede salir adelante. Los cinco jóvenes pasaron parte de su infancia en los programas de protección de Aldeas Infantiles SOS, en los que se ofrece un entorno seguro y protector a los niños que no pueden crecer con sus familias, con una figura de referencia estable que les ofrece los cuidados y el cariño que necesitan y siempre prevaleciendo la no separación de hermanos.
Javier Saiz, uno de estos jóvenes, llegó a la Aldea de Cuenca con 10 años junto a su hermano, cuando los Servicios Sociales decidieron que la situación con su familia no era la más adecuada para ellos. El joven asegura que en Aldeas encontró el cariño, la protección y la seguridad que necesitaba. “Me enseñaron a confiar en mí mismo, a tener una mayor autonomía personal y a estar preparado para salir al mundo; recibí ayuda para seguir con mis estudios y, hoy, puedo decir orgulloso que he conseguido mi sueño”. Y es que Javier acaba de graduarse en Derecho en la Universidad de Granada y ahora prepara unas oposiciones para la Administración Pública.
Javier también ha puesto el acento en los 18 años, una edad que marca un antes y un después en la vida de estos jóvenes, ya que es la edad a la que la Ley estipula que los chicos y las chicas tutelados por el Estado deben abandonar el sistema de protección.
“El proceso de dejar atrás el acogimiento es muy importante tanto para los jóvenes como para los profesionales de nuestro cuidado, y debería reflejar la eficacia de la inversión del Estado y la habilidad de los educadores para asegurar que los jóvenes estamos preparados para una vida independiente”, ha señalado Javier.
“Sin embargo, lo habitual es que estos chicos tengan que enfrentarse a una transición breve y acelerada a la etapa adulta al cumplir la mayoría de edad (su emancipación se produce 11 años antes que la media de los jóvenes españoles), lo que los sitúa en una clara desventaja respecto al resto de jóvenes y contribuye a su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral, convirtiéndoles en uno de los grupos más vulnerables de la sociedad”, ha recordado Pedro Puig. El año pasado fueron 4.125 los jóvenes que cumplieron la mayoría de edad y tuvieron que hacer frente a la salida del sistema en nuestro país.
Por eso, los cinco jóvenes reclaman una serie de medidas para que el proceso de tránsito a la vida adulta se produzca de forma pausada y exitosa. Garantizar que los jóvenes que viven en cuidado alternativo disfruten de los mismos derechos, el mismo acceso a apoyo y los mismos servicios que sus iguales; asignar a un profesional de referencia a cada joven entre los 16 y los 24 años; consolidar el derecho de los jóvenes a acceder a los servicios sociales después de cumplir los 18 años; o la no separación de los hermanos cuando uno de ellos cumple la mayoría de edad son algunas de las demandas de estos jóvenes.
Junto a Pedro Puig y los cinco jóvenes, han estado presentes en la audiencia Juan Belda, presidente fundador de Aldeas Infantiles SOS; Javier Fresneda, su vicepresidente; y María del Mar Líndez, su directora de Infancia, Juventud y Familia.
Aldeas Infantiles SOS cuenta desde sus inicios con el respaldo de la Casa Real. En 1967, la entonces princesa Sofía inauguró en Barcelona la primera Aldea que esta organización abría en nuestro país, destinada a ofrecer un hogar a aquellos niños privados del cuidado parental. En 1985, doña Sofía, ya como reina, también inauguraría la Aldea de Madrid. Durante el acto en el Palacio de la Zarzuela, Pedro Puig, presidente de la organización, ha agradecido a Su Majestad el Rey “el respaldo que la Casa Real ha brindado a la organización durante todos estos años”.
La organización recibió en 2016, de manos de don Felipe y doña Leticia, el Premio Princesa de Asturias de la Concordia. Un año más tarde, el Rey don Felipe recibió a su junta directiva en audiencia con motivo del 50 aniversario de Aldeas Infantiles SOS en España.