#DesdeElAlma con Pilar González y la primera infancia: “Es esencial hacer este trabajo con la mirada del corazón”

Pilar González, Educadora Infantil en Aldeas Infantiles SOS Tenerife, cuenta que lleva alrededor de 30 años trabajando en la organización. Con una gran sonrisa, no duda en afirmar que para ella, Aldeas es una gran familia: “Me siento muy orgullosa de trabajar aquí, de mis compañeros, de las niñas y los niños con los que trabajamos y de sus familias, de los que aprendo cada día. Lo que hacemos es muy gratificante a nivel profesional y personal”.


Su historia se remonta a años atrás, concretamente, en los 90. Comenzó como responsable de uno de los hogares de protección para niñas y niños en la Aldea de Tenerife, pasó por el Programa de Jóvenes, por Talleres de Empleo para Mujeres y después por Centros de Día. Hoy, es responsable del Centro Integral de Primera Infancia.

Sin duda, Pilar conoce -al pie de la letra- Aldeas Infantiles y todo lo que rodea a la organización. A lo largo de todo este tiempo ha vivido “experiencias de trabajo superbonitas”, enfatiza. Recuerda con mucho cariño a sus “niños”, como ella les llama, del hogar de Aldeas: pequeños que crecieron con ella año tras año.

El Centro Integral de Primera Infancia en Tenerife

El Centro Integral de Primera Infancia en el que Pilar trabaja cuenta, actualmente, con 39 niños y niñas de 0 a 3 años repartidos en 3 aulas. Esta profesional destaca que lo mejor del centro es que “tienes la oportunidad de poder trabajar, con niños y niñas, acompañándoles en sus experiencias de crecimiento y a la vez, colaborando junto sus familias en sus avances y educación”.

Aquí, los niños y las niñas realizan diferentes actividades vinculadas con el juego que influyen en su desarrollo. Este aprendizaje significativo se consigue a través de proyectos como ‘El tren saludable’, ‘Baby lab’ o ‘La caja de la igualdad’. Cada uno de ellos está enfocado a una temática diferente que permite a niños y niñas formarse desde pequeños en aspectos esenciales como los hábitos saludables, la tecnología o el respeto a la igualdad y la tolerancia.

En el caso de ‘El tren saludable’, Pilar explica que se trata de un tren de juguete con el que, mediante diversos juegos, promueven hábitos de buena alimentación. Invitan a los padres y madres a la elaboración de desayunos saludables o sus famosos ‘Brunch con música” en los que cantan todos juntos mientras desayunan. El objetivo es potenciar el consumo de alimentos variados y saludables desde edades tempranas.

Pero también destaca el ‘Baby Lab’ donde los niños y niñas se inician, por primera vez, en las tecnologías y la robótica. Para ello, cuentan con un robot propio con el que trabajan varios contenidos, como aprender los colores o algunas formas geométricas. “Niñas y niños han tomado al robot como una mascota real. Así que trabajamos a través de él, los cuidados y las emociones, porque juegan a darle de comer, arroparle para dormir, a compartir con los amigos y muchas más cosas que promueven la sensibilidad emocional y el buen trato”, explica Pilar.

El cuidado del medio ambiente también tiene un hueco importante aquí: “Tenemos el proyecto de ‘Educación Ambiental’ con el que nos presentamos a concurso todos los años. Justo antes de la pandemia quedamos terceros a nivel nacional con un proyecto que promovía el reciclado de plásticos de un solo uso”, cuenta la profesional. Además, dentro de esta área desarrollan actividades de reutilización y reciclado junto a las familias. Para que cada proyecto pueda ser afianzado, tenemos que contar con que lo repliquen también en casa”, detalla la educadora.

La implicación de las familias

Los niños y las niñas que forman parte del centro provienen de familias que atraviesan situaciones de dificultad. En su mayoría, son derivadas desde los servicios sociales. Esto hace que el trabajo no se centre exclusivamente en los niños y las niñas, sino también en sus padres y madres. Enfocan sus acciones desde la parentalidad positiva.

Pilar destaca que esta colaboración con las familias es esencial: “Cuando proponemos actividades o talleres, procuramos que sea con contenido muy práctico, con temáticas propuestas en su mayoría por las familias que, según nos comentan, ven como su participación repercute positivamente en la crianza de sus hijos e hijas”.

Por este motivo, ejecutan los Planes de Acción Familiar que están compuestos por 3 esferas esenciales. En la primera, cuenta González, se atiende a las necesidades específicas de cada familia:

“Somos como un traje a medida para cada familia, porque no todos tienen la misma situación ni parten de la misma necesidad”.

A partir de ahí, se trabaja con cada núcleo familiar y se marcan objetivos que se irán revisando conjuntamente poco a poco. La segunda esfera tiene que ver con el cuidado de los hijos e hijas. Aquí, los profesionales ven cuáles son “las preocupaciones de los padres y madres con respecto a la crianza y se consensuan estrategias que apoyen al niño o niña sus distintas etapas de desarrollo” describe.

Y, en la tercera esfera, se enfocan más en la empleabilidad. Al final, las situaciones de dificultad social, muchas veces, vienen dadas por la falta de empleo. Esta educadora explica que en el centro cuentan “con madres muy jóvenes que están terminando el instituto, por lo que es muy importante que ellas estén reforzadas y puedan acabar los estudios”, porque, enfatiza, “sabemos que si la familia está equilibrada, esto repercute directamente en el bienestar de los niños y niñas”.


Un camino sin prejuicios


Después de tantos años comprometidos con su labor, González considera muy importante en su trabajo conocer cómo afrontar cada situación. Para ello, dice, es necesario: “la capacidad de escucha, la empatía y, sobre todo, mirar sin prejuicios, que a veces nos cuesta un poco”. Es esencial hacer este trabajo “con respeto y desde el corazón”.


Dentro del Centro Integral de Primera Infancia, el mayor reto de esta educadora ha sido hacer que las familias se den cuenta de los beneficios de los proyectos. “Muchas familias, cuando vienen por primera vez, tienen sus miedos y dudas, pero cuando ven el trabajo que se realiza y como contamos con su colaboración, su perspectiva cambia y se implican un montón. Con los niños y las niñas, una vez entran por la puerta, todos los días es ilusión, descubrimiento, ganas de saber y aprender cosas nuevas… Los adultos también lo hacemos, pero a veces nos cuesta un poquito más”, concluye.


La constancia y perseverancia de profesionales como González, hace de Aldeas Infantiles SOS un lugar único que protege a la infancia más vulnerable y sus familias. Desde Tenerife, el equipo del Centro Integral de Primera Infancia continuará con su labor para hacer de esta etapa, una experiencia inolvidable para cada niño y niña.