#DesdeElAlma con Nely Quintero: “Es magnífico ver cómo un niño se calma al subirse al caballo”.

Desde el Alma de Aldeas Canarias, Nely Quintero, directora de la EcoGranja cuenta cómo trabajar con la infancia en riesgo a través del contacto con la naturaleza.

Hace 18 años, Nely Quintero llegó por primera vez a Aldeas Infantiles SOS. Sus primeros pasos fueron en la EcoGranja ‘La Aldea’, que ahora dirige. Comenzó dando clases en un módulo formativo en el que sensibilizaba sobre cuestiones medioambientales desde una perspectiva más académica. Llegó para trabajar durante 3 meses y ahora no imagina su vida sin la organización.

La EcoGranja es un espacio que apuesta por la sensibilización ambiental donde se trabaja para mejorar la calidad de vida de la infancia y sus familias. Cuando Nely llegó allí se encontró con algo muy diferente a lo que ella ya había hecho. “Me enamoré de este trabajo y vi las posibilidades de dar un giro a mi vida”, cuenta.

Ahora, su labor allí se basa en utilizar la educación ambiental como una herramienta de trabajo con personas. Explica que, desde el primer momento, este trabajo le encantó: “Siempre recuerdo cómo los chicos y chicas se calmaban y confluían con la tierra. Todos estábamos en igualdad de condiciones”.

La formación innovadora y la filosofía de la EcoGranja de Aldeas comenzó en Tenerife: “Aquí fuimos los pioneros, comenzamos con un proceso de formación que luego, poco a poco, se ha ido extendiendo al resto de comunidades”. Mucha gente no entendía la relación entre la educación ambiental y el trabajo con las personas, siempre le preguntaban “qué tenía que ver”. Pero Nely se esforzaba por transmitir a todos y todas lo efectivas que eran sus nuevas herramientas de trabajo.

Las actividades de la EcoGranja

En la EcoGranja La Aldea se realizan diferentes proyectos. Pero, sin duda, la EcoGranja es un espacio que, en sí mismo, es una herramienta para el trabajo con personas que necesitan un apoyo. De este modo, la Bioconstrucción, la agricultura sostenible, la Educación Ambiental o la Intervención Asistida con Caballos se convierten en herramientas de acción social.

Sin duda, para esta profesional es complicado escoger su actividad favorita. Pero, sin duda, destaca la importancia del contacto de las personas con el medio natural. Eso fue lo que le impulsó a quedarse.

Terapias con animales

Las terapias ecuestres son un elemento clave dentro de la EcoGranja. Esta intervención forma parte del trabajo con niños, niñas y jóvenes en riesgo de exclusión y con diversidad funcional. “Siempre digo que alrededor del 99% de los niños y niñas que han pasado por allí evolucionan favorablemente”, cuenta Nely.

Todas las sesiones son individuales, mientras que uno de los participantes está con el caballo, el resto de niños y niñas realizan diferentes labores en la granja. “Es un proyecto muy completo. Se trabaja el cultivo de la lechuga, la psicomotricidad… Se trabajan aspectos que no se pueden trabajarse dentro de un aula”, explica. Además, motóricamente, para los niños y niñas supone un gran avance. Una actividad que, según Nely, no puede explicarse con palabras: “Es magnífico ver cómo un niño llega alterado, se sube al caballo y se calma”.

Y es que encima del caballo no existen las diferencias, todos son iguales. La infancia se siente cómoda, calmada y asertiva. La profesional define ese momento como “un gran regalo”.

Educación ambiental e inclusión social

El equipo que trabaja en esta EcoGranja está formado por 6 profesionales. “Somos poquitos, pero abarcamos un montón de cosas”, explica la directora. Están especializados en los distintos ámbitos y proyectos que se desarrollan en la granja, por ejemplo, en bioconducción, sensibilización ambiental o terapias ecuestres.

Utilizan la educación ambiental como una herramienta de inclusión social. Sus talleres, en muchos casos enfocados a familias en situación de vulnerabilidad muy extrema, no se centran simplemente en conseguir un título. Sus actividades van mucho más allá: “Les apoyamos en el crecimiento personal y de mejora, porque hay personas con muy bajo nivel de autoestima”.


El mayor reto de Nely

Para Nely el reto más importante en sus 18 años de andadura en Aldeas Infantiles SOS fue el comienzo. Recalca que se encontró “con un colectivo que no era al que estaba acostumbrada”. Comenzó su trabajo con prejuicios: “Pensaba que los jóvenes no iban a hacer nada, pero, poco a poco, me di cuenta de que, verdaderamente, las personas tienen una gran capacidad de cambio”. No se rindió y su trabajo se convirtió en un gran aprendizaje. “Ahora miro hacia atrás y veo mi evolución no solo como profesional, también como persona”, detalla.

Aunque parece que siempre todo va bien, hay momentos de frustración que ha tenido que aprender a gestionar. Las familias, al final, siempre le sorprenden: “Piensas que van a abandonar la formación, pero luego siguen ahí, siguen luchando, crecen… Darme cuenta de cómo llegan y cómo se van, eso para mí es un reto diario”.

Aclara que lo más importante es “no insensibilizarte, porque las personas siguen teniendo los mismos problemas, aunque las veas todos los días no se diluyen, son exactamente los mismos”. Entonces, cuenta que hay que aprender a trabajar con ellas sin hacerte daño a ti mismo, pero siendo consciente de cada problemática.

Para esta profesional, la EcoGranja es una forma de vida. Aunque cree que puede caer en un tópico, para ella no es un trabajo. “Me alegra el alma cuando veo que una familia crece, la lucha de acompañarlos y seguir a adelante”, narra. Y concluye: “Aldeas forma parte de cómo soy, me da la fuerza para decir que otro mundo es posible”.