Aldeas Infantiles SOS apoya a 1.175 jóvenes en situación de vulnerabilidad en España

España

  • La organización de atención directa a la infancia muestra su preocupación por la situación a la que se enfrentan muchos de los jóvenes que abandonan el sistema de protección al cumplir los 18 años.
  • Ayudarles a completar su proceso educativo, encontrar un trabajo, ser capaces de mantener relaciones maduras y establecer su propio hogar son algunos de los objetivos perseguidos por la organización.

Madrid, 11 de agosto de 2021. Los jóvenes de nuestro país se enfrentan a un futuro cargado de incertidumbre. La tasa de paro juvenil ha llegado a superar el 40% en plena pandemia y la juventud encuentra grandes dificultades para acceder a la vivienda, algo que sitúa la edad media de emancipación en torno a los 29 años. Si a estas dificultades se añade el hecho de haber crecido en el sistema de protección, la situación se complica todavía más. Por eso, coincidiendo con el Día Internacional de la Juventud, que se celebra este 12 de agosto, Aldeas Infantiles SOS alerta sobre la difícil situación a la que se enfrentan los jóvenes que han crecido privados del cuidado parental al cumplir los 18 años. La mayoría de edad supone el cese del acogimiento y hace que estos chicos y chicas tengan que enfrentarse a un proceso de transición a la vida adulta muy diferente al del resto de sus iguales, obligándoles a emanciparse once años antes.

Aldeas Infantiles SOS subraya que el proceso de dejar atrás el acogimiento es muy importante tanto para los jóvenes como para los profesionales responsables de su cuidado, y que debe reflejar la eficacia de la inversión del Estado, tal y como marcan las Directrices de las Naciones Unidas sobre las Modalidades Alternativas del Cuidado de los Niños. Además, Naciones Unidas, en su resolución sobre la protección de los niños privados del cuidado parental, también subraya la importancia de asegurar que los jóvenes que salen del sistema de protección reciban un apoyo apropiado para preparar su transición a la vida independiente, incluida la ayuda para obtener acceso al empleo, a la educación o a la vivienda.

“Sin embargo, lo habitual es que estos jóvenes tengan que enfrentarse a una transición breve y acelerada a la etapa adulta al cumplir la mayoría de edad, lo que los sitúa en una clara desventaja respecto al resto de jóvenes y contribuye a su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral, convirtiéndolos en uno de los grupos más vulnerables de la sociedad”, explica la organización. “Sin formación adecuada, sin redes familiares que les sirvan de apoyo para continuar sus estudios y sin ayudas sociales durante esa transición a la vida adulta, difícilmente podrán integrarse con éxito en la sociedad“.

Según el último Boletín de Datos Estadísticos de Medidas de Protección a la Infancia, en nuestro país, 50.272 niños, niñas y adolescentes viven bajo una medida de protección, ya sea de acogimiento residencial o familiar y, durante el último año, 6.222 cumplieron la mayoría de edad y tuvieron que hacer frente a la salida del sistema.

Un acompañamiento hasta su plena integración

Aldeas Infantiles SOS ofrece a estos chicos y chicas, a través de sus Programas de Jóvenes, recursos específicos hasta su plena integración social y laboral. En total, la organización acompañó durante el último año a 1.175 jóvenes en su camino a la independencia. Ayudarles a completar su proceso educativo, encontrar un trabajo, ser capaces de mantener relaciones maduras y establecer su propio hogar son algunos de los objetivos perseguidos.

“Desde Aldeas somos plenamente conscientes de las incertidumbres por las que atraviesan estos chicos al cumplir la mayoría de edad y tratamos de ayudarles para que su proceso de emancipación sea más fácil, brindándoles las mismas oportunidades que tendría cualquier chico de su edad”, aseguran desde la organización. De este modo, gracias a este recurso, los jóvenes de sus programas se independizan de media a los 27 años, una edad mucho más cercana a la de sus iguales, que se sitúa en torno a los 29 años.

Son varios los proyectos que integran los Programas de Jóvenes de la organización, con los que se ofrece una respuesta individualizada y adaptada a las necesidades de cada joven.

“En el Proyecto de Tránsito a la Vida Adulta preparamos a los jóvenes que todavía no han cumplido la mayoría de edad para la siguiente fase de su vida. Cubrimos todos los posibles escenarios que se encontrarán, desde cómo alquilar un piso o hacer una entrevista de trabajo, hasta ayudarles a reflexionar sobre sus aspiraciones y los proyectos que les gustaría realizar”, explican. En 2020, Aldeas acompañó a 98 adolescentes en este proceso.

Mediante el Proyecto de Autonomía, los jóvenes tienen la posibilidad de continuar recibiendo apoyo una vez cumplen los 18 años, ya sea de carácter residencial o educativo. Asimismo, se les apoya con los trámites burocráticos y se les brinda orientación académica y laboral hasta que lo necesitan. Además, Aldeas cuenta con un Programa de Becas para ayudar a aquellos jóvenes que deciden retomar sus estudios, bien estén desempleados, bien estén trabajando. En el último año, la organización ha acompañado a 153 jóvenes con este proyecto.

Por otra parte, el Proyecto de Emancipación ofrece a los jóvenes apoyos puntuales de diversa índole, ya sean económicos, psicológicos o de ayuda en la búsqueda de empleo. En 2020, Aldeas Infantiles SOS acompañó a 823 jóvenes gracias a este recurso.

La organización también cuenta con un Servicio de Empleo que facilita la inserción laboral de los jóvenes. Se les ofrece información, asesoramiento, capacitación y acompañamiento en su búsqueda de empleo, así como seguimiento de sus procesos formativos y laborales. En el último año, este servicio atendió a 151 jóvenes.

Por último, Aldeas Infantiles SOS cuenta también con dos Talleres profesionales de automoción y de cocina. Están dirigidos a jóvenes de 16 a 18 años que, por diferentes motivos, han abandonado el sistema educativo y se encuentran en una situación de riesgo o vulnerabilidad. Al concluir la formación, los jóvenes realizan 120 horas de prácticas que les permiten tener una primera experiencia laboral y, en muchos casos, acceder a su primer empleo. En 2020, 48 jóvenes se formaron en estos dos talleres profesionales.