Aldeas Infantiles SOS pide que las ayudas a la juventud anunciadas en los Presupuestos de 2022 lleguen a los jóvenes extutelados

España

  • Los jóvenes que han crecido en el sistema de protección se enfrentan a numerosas dificultades que a menudo se traducen en su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral.
  • En 2019, último año del que existen datos oficiales, 6.222 jóvenes tutelados cumplieron 18 años y tuvieron que hacer frente a una emancipación temprana.

Madrid, 15 de octubre de 2021. Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y tras la presentación de unos Presupuestos Generales del Estado que reconocen a la juventud como uno de los colectivos más afectados por la pobreza y la exclusión social, Aldeas Infantiles SOS recuerda que los jóvenes extutelados son altamente vulnerables y pide que se garantice su acceso a la vivienda, la educación y el empleo digno. Obligados a emanciparse de facto a los 18 años, sin redes de apoyo familiares o sociales sólidas, los jóvenes que han crecido en el sistema de protección se enfrentan a numerosas dificultades que a menudo se traducen en su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral.

Con una tasa de paro juvenil de un 38% y un futuro cargado de incertidumbre, Aldeas Infantiles SOS celebra que los Presupuestos Generales del Estado 2022 pongan el foco en los jóvenes, reconociendo los obstáculos que afrontan para emprender una vida autónoma, acceder a un empleo digno, vivienda asequible y educación, y proponiendo medidas para generar oportunidades que promuevan la plena inclusión intergeneracional.

Unos desafíos, recuerda la organización, que son infinitamente superiores para los jóvenes que salen del sistema de protección y, con 18 años, pierden abruptamente los apoyos con los que han contado durante el acogimiento, poniendo en riesgo, cuando no deshaciendo, todo lo avanzado hasta ese momento. Por ello, Aldeas Infantiles SOS considera esencial garantizar que las ayudas anunciadas alcancen a este colectivo.

“En España, la media de edad de emancipación está en torno a los 29 años. Entonces, ¿cómo se pretende que jóvenes con 18 años, sin una red familiar sólida que les dé apoyo, se emancipen con muy poca ayuda por parte de la Administración?“, se pregunta Javier Saiz, de 25 años, que creció en la Aldea Infantil SOS de Cuenca y hoy forma parte del Programa de Jóvenes de Aldeas, que le apoya con la vivienda y le ha permitido estudiar Derecho en la Universidad de Granada y preparar oposiciones.

Desde la organización de atención directa a la infancia aseguran que las consecuencias de poner fin a la tutela de manera tan abrupta son traumáticas para quienes ya han vivido experiencias negativas en su infancia y abocan  a estos jóvenes a la exclusión social. “No basta con alimentar, educar y proteger al niño o la niña durante su acogimiento, es necesario no perder de vista que el objetivo es su plena integración en la sociedad. En consecuencia, la transición a la vida independiente y los apoyos posteriores deben entenderse como una fase más de la protección, solo así esta será realmente integral”, explican.

En 2019, último año del que existen datos oficiales, 6.222 jóvenes tutelados cumplieron 18 años y tuvieron que hacer frente a una emancipación temprana.

Mapa de recursos para la juventud extutelada

Aldeas Infantiles SOS también da la bienvenida al anuncio, en los Presupuestos Generales del Estado 2022, de un mapa de recursos para la juventud extutelada que deberá materializarse en medidas concretas y que, según el Gobierno, dará a conocer “una cartera de servicios que sea común, estatal y de continuidad en todo el territorio, garantizando el derecho efectivo a la plena inclusión y a la emancipación de los jóvenes tutelados y extutelados independientemente de su origen y del territorio en que se encuentren”.

En ese sentido, Aldeas recuerda la importancia de comenzar la preparación para la vida independiente de los jóvenes tutelados como mínimo dos años antes de alcanzar la mayoría de edad, así como de ofrecerles oportunidades de educación y formación profesional, acceso a servicios sociales, jurídicos y de salud, y una asistencia financiera adecuada, entre otras medidas.

La organización de atención directa a la infancia se apoya en su experiencia: comienza a preparar a los jóvenes de sus programas de protección para su transición a la vida adulta mucho antes de que cumplan los 18 años, capacitándoles para que sean autónomos, se emancipen y alcancen su plena integración social y laboral, y acompañándolos también después de alcanzar la mayoría de edad a través del Programa de Jóvenes.

Gracias a este apoyo, los chicos y chicas de sus programas se independizan de media a los 27 años y lo hacen con mayores tasas de éxito de reintegración social que quienes se ven abocados a abandonar el sistema sin contar con los apoyos necesarios.