La importancia de crecer en familia: claves para una convivencia sana entre padres, madres e hijos/as.

En el entorno familiar el ser humano se relaciona por primera vez con las personas. Un núcleo en el que se comparten emociones, acciones y palabras. Desde temprana edad con las relaciones familiares aprendemos valores, principios y normas. Cuando eres pequeño o pequeña este aprendizaje influirá posteriormente en las relaciones sociales externas en el colegio o el trabajo.

Por eso, la relación con la familia irá construyendo poco a poco nuestra identidad y personalidad. El conocimiento que se adquiere en el hogar nos prepará de una u otra manera para la vida adulta.

Es cierto que las relaciones familiares no son siempre idílicas. No se puede forzar una convivencia sencilla en la que todos, en cualquier momento, se lleven bien. A veces surgen disputas o malentendidos. No obstante, sí podemos intentar sobrellevar y gestionar las situaciones complicadas de la mejor manera posible.

8 claves para hacer más fácil la convivencia familiar

  1. Trabajar la comunicación.
    Crear espacios de comunicación es la base de la convivencia. Tanto para padres y madres, como para hijos e hijas, buscar momentos en los que poder hablar sobre sus problemas y conflictos ayudará a solucionarlos. Expresar los sentimientos y emociones también contribuirá a mejorar la confianza entre los convivientes.

  2.  No todos somos iguales.
    Dejemos de imponer nuestros gustos a los demás por creer que son mejores. Debemos ser conscientes de que no todos nuestros familiares tendrán las mismas preferencias ni hábitos.

  3. Conozcámonos el uno al otro.
    Para saber cómo actuar ante diferentes situaciones debemos conocernos unos a otros. Es importante aprender sobre los hobbies o gustos de cada miembro de la familia. Para ello, también se pueden realizar actividades familiares, como puede ser ir a un parque de atracciones o una excursión a la montaña.  

  4. Dar independencia. 
    Pasar tiempo en familia nos ayuda a conocernos, pero también es necesario dejar que cada persona tenga su espacio e independencia. Es imprescindible que padres e hijos respeten la individualidad de cada uno.

  5. Acordar normas.
    En ocasiones establecer normas y pautas de comportamiento en casa puede ser un motivo de disputa. Sin embargo, muchas veces, depende de la forma en la que se imponen. Padres y madres deben acordar con los hijos e hijas las normas del hogar y su implicación con cada una de ellas. 
    Para aplicarlas se tiene que tener en cuenta la edad de los hijos e hijas y su madurez. Recordemos que la comunicación y el conocimiento sobre el otro hará más fácil crear normas para distribuir las tareas del hogar o marcar horarios de vuelta a casa.

  6. Fomentar el respeto.
    El respeto es un pilar fundamental para una relación familiar sana. Cuando se produzcan las discusiones hay que intentar olvidarse de las malas palabras que puedan dañar a la otra persona. Intenta buscar una vía de comunicación razonable y empática.

  7. Anima a la participación
    Al final, en todo proceso de convivencia se necesita la opinión de cada persona. Es importante que todos los miembros de la familia participen activamente no solo en las tareas del hogar, también en cualquier tipo de propuesta para mejorar la interacción.

  8. Cuídate y cuídalos. 
    El cuidado hacia los otros y hacia nosotros mismos es uno de los actos más importantes que podemos realizar. Esto nos ayudará a crear un ambiente positivo y reconfortante. El cuidado fortalece un núcleo familiar basado en el bienestar, donde todos reconocen sus emociones y sienten que pueden recargar las pilas.

¿En qué beneficia a los niños y niñas crecer en familia?

Existen diferentes tipos de familia pero no hay ninguno mejor que otro. Si la comunicación entre los convivientes es eficaz y está basada en el respeto, no importa nada más. 

La luz es lo que te guía a casa, la calidez es lo que  te mantiene allí” – Ellie Rodríguez, periodista

En Aldeas Infantiles somos conscientes de la necesidad que supone para los niños y niñas desarrollarse en un núcleo familiar. Esto les ayuda a sentirse valiosos y apoyados, por lo que crecer sin una familia les puede hacer sentir falta de cariño o, incluso, desconfianza.

Los beneficios que aportan las relaciones familiares a los niños y niñas se traducen en:  

1. Solidaridad y tolerancia2. Capacidad resolutiva3. Empatía4. Asertividad

Valoran la importancia de apoyar y ayudar al otro.

Podrán resolver mejor los conflictos en sus relaciones sociales.

Serán conscientes de lo que conlleva ponerse en el lugar del otro.

Mayor facilidad para reconocer sus emociones y expresarse adecuadamente.

El trabajo de Aldeas Infantiles SOS con las familias

Cuando los padres y madres están ausentes, los niños y niñas necesitan un entorno donde crecer protegidos y arropados. Las Aldeas Infantiles, los programas de Apoyo al Acogimiento en Familia y los Programas Familiares son algunos de los programas de protección de la organización que se encargan de que los y las menores puedan vivir en un entorno familiar protector.

Trabajamos para dar prioridad al interés de los niños y niñas y para fomentar una participación activa en sus decisiones vitales. Algunos de los objetivos de nuestros programas familiares son:

  • Promover el ejercicio de una parentalidad positiva
  • Crear vínculos afectivos seguros
  • Apoyar a las familias en la superación de factores de riesgo
  • Ofrecer herramientas para dar respuesta a la crianza de niños y adolescentes

“Ningún niño nace para crecer solo”

Además, en España hay más de 50.000 niños y niñas que crecen privados del cuidado parental, una cifra que aumenta cada año. Por eso, en Aldeas Infantiles SOS luchamos por un sistema de protección que promueva un entorno familiar para los niños y niñas privados del cuidado parental o en riesgo de estarlo.