Recuperarse de las consecuencias de la guerra cuando eres un niño

Los conflictos armados producen consecuencias horribles en la vida de los más pequeños. ¿Cómo es el camino para superar algunos de esos traumas? Hablamos de ello.

Nunca han comenzado una guerra pero la infancia es uno de los colectivos que más sufre sus consecuencias. Muertes, heridas, traumas… una lista interminable de secuelas que, posiblemente, les acompañe durante toda su vida. Recuperarse y convertirse en personas resilientes es un proceso largo donde los profesionales tienen una labor fundamental. 

Si nos centramos en el caso de Ucrania, en Aldeas Infantiles SOS, desde el primer día, hemos estado trabajando la rehabilitación de niños, niñas y sus familias a través de nuestro servicio de salud mental y apoyo psicosocial. El objetivo es retomen el control de sus vidas, poniendo el foco en la superación de cualquier trauma generado por la guerra y trastornos relacionados con el estrés. 

Consecuencias de la guerra en niños

Las situaciones a las que se enfrentan los menores de edad en conflictos no deben pasar desapercibidas: estallidos de bombas, presencia de la muerte de algún familiar, separación de sus padres o hermanos, o perder su hogar. Todo ello, torna la vida de los más pequeños, teniendo que adaptarse a nuevos hechos que se alejan de las vivencias que debe tener un niño de esa edad.

Las consecuencias directas que se producen son las siguientes:

  • Fallecimiento. Según datos de Naciones Unidas (ONU) en 2019, los países con más muertes de niños debido a los conflictos son Afganistán, Siria y Yemen.
  • Muerte de un ser querido. Muchos pierden el cuidado parental, se quedan solos.
  • Heridas. Los datos obtenidos por nuestra organización en Ucrania, demuestran que durante 2022, 864 niñas y niños han resultado heridos.
  • Problemas de salud mental, como ansiedad, estrés, o fobias. Además, cuando el estado de alerta y angustia se prolonga en el tiempo, su desarrollo emocional puede verse gravemente afectado si no cuentan con la ayuda de un profesional. 
  • Violencia y maltrato infantil. Las agresiones a la infancia, físicas y psicológicas, están presentes en cualquier conflicto. En muchos casos, los menores son raptados por mafias o grupos armados que les obligan a realizar actividades que dañarán su presente y futuro, como el caso de los niños soldado o la prostitución.

Algunas de las consecuencias indirectas son las siguientes:

  • Dificultad para acceder al sistema educativo pero también al sanitario, debido a la saturación y destrucción de las infraestructuras.
  • Pobreza e inseguridad alimentaria. Las guerras provocan la destrucción de muchas de las fuentes de recursos que las personas necesitan para poder vivir, lo que provoca desnutrición aguda en muchos niños.
  • Desplazamientos. Muchos niños solos o con sus familias se ven obligados a abandonar su hogar, huyendo a otro territorio cerca de su país o fuera del mismo. En estos trayectos los niños pueden encontrarse con innumerables problemas: violencia, mafias… En el caso de Ucrania, un millón de niños y niñas se han desplazado internamente en el último año.

Cómo se recupera un niño

Cuando esto sucede, es normal que se encuentren asustados y desprotegidos. Pero ante los eventos catastróficos, ¿cómo puede recuperarse la infancia?

  1. Protección y cuidados. Proteger a los niños y niñas en situaciones extremas como una guerra debe ser prioritario. Son uno de los colectivos más vulnerables y si la acción no se centra en ellos, miles de vidas pueden quedar marcadas para siempre. De esta manera, gracias a nuestra presencia en 138 países, en Aldeas Infantiles podemos desplegar la Respuesta a Emergencias, para garantizar el bienestar de la infancia, sobre todo cuando están solos. Siempre actuando acorde con el derecho internacional  humanitario y el Imperativo Humanitario.
  2. La salud mental como punto transversal. Cuidar también significa dar importancia a la salud mental. Cuando un niño vive una guerra, además de garantizar su acceso a recursos de primera necesidad, la atención psicológica debe estar presente desde el primer momento. Si nos centramos en el caso de Ucrania,  en Aldeas Infantiles hemos estado facilitando siempre a los niños apoyo a través de centros y equipos móviles que visitan centros comunitarios de acogida, escuelas y centros infantiles de rehabilitación.
  3. La labor de los profesionales. Los equipos juegan un papel esencial. Además de la profesionalidad para tratar a cada víctima, suponen una figura fundamental en el proceso de cura y superación.
  4. Vuelta a la normalidad. En esos momentos, ¿cuándo tu vida vuelve a ser la misma? Es probable que los niños hayan perdido algún familiar, amigos o sus colegios se hayan destruido. Pero es importante hacerles sentir que, poco a poco, vuelven a recuperar autonomía y seguridad. En el caso de la infancia ucraniana, muchos han sido reubicados y han perdido parte de su aprendizaje escolar, pero el 65% de las escuelas trabajan de manera remota. En este caso, nuestro objetivo ha sido ofrecer apoyo mediante diferentes vías: distribuyendo tablets y portátiles y les proporcionamos refuerzo escolar y tutorías.