Visión de Aldeas Infantiles SOS
Testimonios

“Teníamos dos opciones: morir o ganar una nueva vida en 24 horas”

Me llamo Hamid y nací en 2001 en Marruecos, en una montaña en la que estaba solo nuestra casa. Mi padre consiguió ir a España y nos dejó a mi madre y a mí con mis abuelos. Cuando llegó a España conoció a otra mujer y se casó con ella. Pasados tres años volvió a Marruecos con su nueva mujer y nos echó a mi madre y a mí de la casa. Yo tenía cuatro años.

Mi madre y yo nos fuimos a vivir a otro pueblo con mi abuela materna y mis tíos. Me querían y me cuidaban. Mi madre y mi abuela son lo más importante en mi vida.

Empecé a estudiar con cinco años y era muy buen estudiante. Hice los seis años de primaria y, para poder seguir estudiando la secundaria, tenía que ir a otro pueblo, así que mi madre y yo nos fuimos allí a vivir y entonces cambio todo. Ella tenía que trabajar en el campo, en la aceituna, para mantenernos y pagar los gastos. Pasado un tiempo yo también empecé a trabajar en el campo para ayudarla un poco. Llegó un día en que mi madre conoció a otro hombre y se casó con él. Me quedé solo. Pensaba muchas veces en irme a España pero no era fácil. Fui a Tánger a trabajar con uno de mis tíos y conocí a otras personas que también querían ir a España. Ya había decidido buscar allí los derechos que no tuve en mi país.

Un día me llamaron mis amigos y me dijeron: “Hamid, mañana por la tarde cogemos la patera. ¿Te vienes con nosotros?” Cogí dinero y fui al sitio donde habíamos quedado. Teníamos dos opciones: morir o ganar una nueva vida en 24 horas. Pero tuvimos suerte, llegamos a España.

En la patera tuvimos muchos problemas y lo pasamos muy mal. Era 2017 y yo tenía 15 años. Nada más desembarcar en Málaga, me fui a la policía llorando sin saber ni una palabra de español. Tenía miedo pero me trataron muy bien. Me hicieron pruebas para ver que era menor de edad y muchas preguntas. Me llevaron a un centro de menores en Málaga en el que estuve dos meses y después me cambiaron a otro en Granada que era diferente. Allí había muchos problemas y cien personas, de muchas nacionalidades y distintas edades, algunas eran mayores de edad aunque decían que eran menores. Pasé ocho meses allí y en ese tiempo no fui al colegio, nos daban clase en el propio centro

Amid-joven

Después tuve la suerte de llegar a la Aldea Infantil SOS de Granada. Ahí se produjo un cambio muy grande. Cuando llegué me recibieron chicos y chicas y la educadora, eran todos amables y me dio una gran alegría al corazón. Aldeas me ofreció un hogar donde podía vivir, estudiar y realizar muchas actividades.

Sentí que tenía una familia de nuevo, que mis derechos estaban en mis manos, solo tenía que poner de mi parte.

Allí arreglaron mis papeles y empecé a construir un sueño. Pasé la prueba de acceso al grado medio, hice formaciones y estudié español. El pasado octubre cumplí 18 años y ahora vivo en un piso de mayores y estoy en el Programa de Jóvenes de Aldeas. Hago prácticas en hostelería y me gustaría, en el futuro, estudiar educación social para ayudar a otros chicos que llegan como yo.

He cumplido mis objetivos de seguir estudiando, tener mis papeles y trabajar, y estoy muy contento. Muchas gracias a Aldeas porque soy lo que soy ahora gracias a su apoyo.

Hamid
Joven que creció en la Aldea de Granada