Tipos de violencia infantil y cómo prevenirla

Cada año se interponen en España alrededor de 38.000 denuncias por delitos violentos contra la infancia.

La violencia durante la infancia y la adolescencia tiene efectos que trascienden las heridas físicas; afecta al desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y adolescentes, alterando su capacidad para formar relaciones saludables, aprender de manera efectiva y manejar sus emociones. 

La Organización Mundial de la Salud establece que la violencia contra los niños y niñas “incluye todas las formas de violencia contra los menores de 18 años, infligida por sus padres, sus compañeros, sus parejas u otras personas”. Además, los últimos datos recogidos en 2022 por esta entidad demuestran que 1.000 millones de niños de entre 2 y 17 años en todo el mundo fueron víctimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en ese año.

La violencia infantil en España

Si nos centramos en nuestro país, los datos aportados los Ministerios del Interior y de Sanidad, Consumo y Bienestar Social indican que, al menos, 40 niños son víctimas de maltrato en el ámbito familiar y cada año se interponen cerca de 38.000 denuncias por delitos violentos contra la infancia.

Desde 2021, España cuenta con la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, posicionándose entre los países más avanzados de Europa en materia de protección de la infancia.

Recientemente, y como nueva medida para poner fin a esta violencia, a inicios de 2024, la Comisión frente a la violencia en los niños, niñas y adolescentes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CoViNNA) elaboraba el Protocolo común de actuación sanitaria frente a esta situación. El objetivo: homogeneizar  la respuesta del ámbito sanitario a nivel nacional y sistematizar la promoción del buen trato, la prevención, la detección y el abordaje integral de todos los casos y tipos de violencia sobre la infancia y adolescencia desde una perspectiva de equidad, accesibilidad, no discriminación y curso de vida.

Tipos de violencia infantil

Los niños que crecen en entornos abusivos presentan mayor riesgo de sufrir problemas físicos, psicológicos o de comportamiento en el futuro. Además, el impacto de la violencia puede perpetuar ciclos de agresión y exclusión. Los tipos de violencia que puede sufrir la infancia son los siguientes:

  1. Psicológica. Se manifiesta a través de insultos, humillaciones, amenazas, aislamiento, ignorancia de las necesidades emocionales y manipulación. Los niños y niñas sometidos a violencia psicológica suelen experimentar un deterioro de su autoconcepto, desarrollar trastornos de ansiedad o depresión y tener dificultades para establecer relaciones saludables en el futuro.
  2. Sexual. Implica un abuso de poder sobre el menor para obtener gratificación sexual. Cualquier contacto o interacción de una persona adulta con un menor con el objetivo de conseguir una estimulación sexual. También incluye la exposición a material sexualmente explícito o explotación sexual. Las secuelas pueden generar problemas emocionales graves a largo plazo, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), problemas de identidad y dificultades en la vida afectiva y sexual adulta.
  3. Maltrato físico. Es la forma más reconocible y visible. Incluye cualquier tipo de agresión corporal, que no es accidental y provoca un daño físico, como golpes, empujones, quemaduras, estrangulamientos, entre otros. Este tipo de violencia también deja cicatrices emocionales y, en muchos casos, pueden reproducir patrones de agresión en su vida adulta.
  4. Explotación. Niños y niñas son forzados para obtener un beneficio por parte del adulto, realizando actividades que comprometen su bienestar físico, emocional y psicológico. Esto incluye el trabajo infantil, la explotación sexual, la trata de menores y el uso de niños en actividades ilícitas, como el tráfico de drogas.
  5. Negligencia o abandono. Ocurre cuando los padres o cuidadores no satisfacen las necesidades básicas de los niños, como la alimentación, la higiene, la atención médica, la educación o el afecto. La falta de cuidados esenciales puede llevar a problemas de salud, dificultades de aprendizaje y trastornos emocionales.

Una cultura de paz y respeto

En Aldeas Infantiles SOS creemos que es posible prevenir la violencia infantil y crear entornos pacíficos con medidas sencillas y eficaces. Para sensibilizar sobre ello hemos creado el proyecto ‘Infancia segura: prevención y respuesta a la violencia entre iguales’, con el objetivo de empoderar y capacitar a niños, niñas y jóvenes para que sean agentes activos en la creación de entornos seguros.

Para que las familias y educadores puedan contribuir a la prevención de la violencia, aplicamos algunas recomendaciones base sobre las que trabajar:

  1. Reforzar su autoestima a través de la validación de sus sentimientos y preocupaciones.
  2. Enseñarles a identificar y gestionar sus emociones.
  3. En lugar de recurrir al castigo físico o verbal, se debe recurrir a la resolución pacífica de los conflictos. Establece normas claras y justas en el hogar o en la escuela y aplica consecuencias lógicas (no violentas). Esto ayuda a los niños a entender las consecuencias de sus acciones sin ser agredidos.
  4. Modelar el comportamiento respetuoso a través del ejemplo. Si observan comportamientos respetuosos, comprensivos y no violentos en sus interacciones cotidianas, adoptarán estos patrones como propios.

La prevención es clave para erradicar las conductas de violencia en los niños. Al proporcionarles un entorno de seguridad, diálogo y comprensión, no solo protegemos su bienestar en el presente, sino que también fomentamos la formación de adultos capaces de construir relaciones saludables y de contribuir positivamente a la sociedad.