Visión de Aldeas Infantiles SOS
Testimonios

Sobrevivir al tráfico de personas en Haití

Ludginie tenía 12 años cuando el terremoto de Haití, golpeó su pais hace 10 años. Dejando a su ciudad en ruinas.

Cuando un grupo de ciudadanos estadounidenses se ofrecieron a llevarla al extranjero en busca de una vida mejor, sus padres estuvieron de acuerdo.

“Lo recuerdo como si hubiera sucedido hoy”, dice Ludginie, que ahora tiene 21 años y estudia cosmética. “

Haiti terremoto

Salí de mi casa con extraños que dijeron que me llevaban a los Estados Unidos. Mis padres acordaron que me fuera, ya que lo habían perdido todo y no tenían dinero para mantenerme”.

Ludginie afirma que el hecho de que la dejasen ir con semejante facilidad la traumatizó. “Me entregaron sin ninguna garantía de que fuesen a volver a verme. A menudo he pensado en la facilidad con la que mis padres confiaron en aquellos desconocidos”.

El grupo, que intentó llevar a los niños a los Estados Unidos con el pretexto de proporcionarles cuidados, fue interceptado en la frontera. Los niños fueron puestos bajo el cuidado de Aldeas Infantiles y empezaron a vivir junto a una familia SOS en la Aldea de Puerto Príncipe.

Ludginie recuerda haber estado detenida en una instalación juvenil durante dos días antes de que los servicios sociales acordasen su traslado a la Aldea Infantil SOS de Santo, en Puerto Príncipe.

“Cuando llegué (a la Aldea Infantil SOS), estaba asustada y estresada porque no sabía lo que me estaba pasando”, recuerda Ludginie. “La primera noche no dormí. Sigo muy agradecida con mi educadora Rachelle. Ella me tranquilizó hasta que mis miedos desaparecieron.”

Después de unos días, comenzó a apreciar su nuevo entorno y a hacer amigos. Recuerda algunas de las actividades de terapia para ayudarles a ella y a los otros niños a recuperarse del trauma del terremoto y de la separación de sus padres.

Ludginie se mantiene en contacto con muchos jóvenes de la Aldea a quienes todavía se refiere como “mis hermanos y hermanas”. Después de dos meses allí, se fue a vivir con sus abuelos. Sus padres, ahora separados, tienen sus propias vidas y no tiene relación con ellos, según nos explica.

El trauma de esa experiencia hizo a Ludginie tomar la determinación de no repetir nunca los errores de sus padres. “Esto me enseñó que antes de tener hijos tengo que estar preparada”, afirma. “Tengo que ser capaz de mantener a un niño para evitar que le suceda algo como lo que me sucedió a mí hace diez años”.

Haiti Terremoto

Celigny Darius, directora nacional de Aldeas Infantiles SOS de Haití, señala que la organización desempeñó un papel fundamental en la protección de los niños después del terremoto de 2010, “especialmente les protegimos de aquellos que intentaron llevárselos ilegalmente a la República Dominicana”, asegura. Y se refiere a la facilidad con que los padres permitieron que sus hijos se fueran con extraños después del terremoto como “la lección más triste que nos dio esta catástrofe”.

Ludginie Jovin
Joven que creció en la Aldea de Puerto Príncipe

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